El Tribunal Supremo escucha los argumentos contra la píldora abortiva Mifepristona

Por GRACE MITCHELL

Cientos de activistas protestaron ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos el martes 26 de marzo, mientras el tribunal escuchaba los argumentos contra la mifepristona, conocida como “la píldora abortiva”. Trece activistas proaborto fueron detenidos por “aglomeración, obstrucción o incomodidad (molestias) en el recinto del Capitolio de Estados Unidos”, según un informe el 26 de marzo el New York Times.

El Tribunal Supremo no tomará su decisión hasta el verano, y los principales analystas de las medias se muestran escépticos ante la posibilidad de que anulen la resolución de la Administración Federal de Medicamentos que aprobó la píldora. Sin embargo, el riesgo de que se impongan restricciones al acceso a la píldora abortiva está alto, y los grupos “pro-vida” de extrema derecha continuarán su campaña contra el derecho de la mujer a decidir.

La mifepristona, una combinación de dos medicamentos que fue aprobado por la FDA (Administración federal de comidas y fármacos) en 2000, representa casi dos tercios de los abortos en Estados Unidos. Esta proporción ha subido en los últimos años, especialmente desde que la decisión Dobbs anuló el caso Roe contra Wade. Antes de 2016, era necesaria una visita médica en persona para recibir una receta para el medicamento, y la píldora necesitaba ser administrada dentro de las siete primeras semanas de embarazo. En 2016, la FDA amplió ese plazo a las 10 semanas de embarazo y exigió menos visitas al médico. Por último, a principios de 2023, la FDA eliminó el requisito de visitar un doctor en persona para recibir el medicamento.

El caso contra el medicamento aprobado por la FDA

La mifepristona está actualmente en el punto de mira de un grupo llamado Alianza por la Medicina Hipocrática. Se trata de un grupo que pretende “proteger a los vulnerables al principio y al final de la vida”, según su página web. El caso contra la mifepristona fue llevado el año pasado ante un juez federal estadounidense del norte de Texas, Matthew Kacsmaryk, que revocó la aprobación del medicamento por parte de la FDA. Esta sentencia sin precedentes que anuló un medicamento aprobado por la FDA podría afectar drásticamente a todos los medicamentos aprobados por la FDA en el futuro. El Departamento de Justicia de EE.UU. apeló inmediatamente la sentencia de Kacsmaryk, y el caso llegó finalmente al Tribunal Supremo. Mientras esperamos su decisión, el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito decidió que el medicamento puede seguir en el mercado, pero las restricciones volverán a ser las anteriores a 2016.

Las restricciones impuestas de nuevo al medicamento son perjudiciales para personas embarazadas que necesitan abortar. No sólo impiden que las pacientes utilicen la telemedicina para obtener una receta, sino que también les impiden recibir el medicamento por correo. La mifepristona no sólo se utiliza para abortar. También se utiliza para inducir el parto, para tratar abortos espontáneos y para hemorragias posparto. Según la Organización Mundial de la Salud, la mifepristona y un medicamento similar, el misoprostol, disminuyen la incidencia de abortos inseguros. La lucha contra la mifepristona es una lucha contra las mujeres y las personas embarazadas. Medicamentos como estos son esenciales para la salud ginecológica.

La necesidad de un movimiento de masas por los derechos reproductivos

Por eso necesitamos un movimiento por el derecho al aborto amplio y visible. Aunque es posible que el medicamento siga siendo disponible en el mercado, las personas de los estados que prohíben el aborto tendrán muchas más dificultades para conseguirlo. Según la ANSIRH (Advancing New Standards in Reproductive Health|Avanzando nuevos estandardes en la medicina reproductiva), “una de cada tres personas descubre el embarazo a las seis semanas de gestación o más tarde, y aproximadamente una de cada cinco lo descubre despues de las siete semanas. Las personas de color, las que viven con inseguridad alimentaria, las que tienen embarazos no planificados y las que utilizan en las pruebas presenciales clínicas para confirmar un embarazo (a diferencia de las pruebas que se pueden comprar y autoimplementar pero que cuestan más dinero) tienen más probabilidades de descubrir el embarazo despues de las siete semanas de gestación.”

En las dos últimas décadas, 61 personas han sido acusadas de supuestos abortos autogestionados o de ayudar a otra persona a abortar. Muchas de estas personas vivían en la pobreza. Estas cifras solo van a subir con nuevas restricciones al acceso al aborto.

Existe una necesidad urgente de un movimiento masivo e independiente en torno al derecho al aborto en Estados Unidos. El enfoque liberal de ganar “en las urnas” es una estrategia perdedora promovida por las ONG liberales. La mera lucha exige un movimiento feminista dirigido por la clase trabajadora, que son los que en verdad están afectadas por estas prohibiciones. Junto a esto está el hecho de que, en los estados que son “seguros” para abortar, mucha gente no piensa que estos casos les vayan a afectar inmediatamente. Sin embargo, cuando un movimiento sale a la calle, no sólo se hace visible, sino que ayuda a unir a todos los sectores de la sociedad en un movimiento poderoso.

Podemos aprender mucho de las luchas en América Latina, donde los activistas han construido un exitoso movimiento por los derechos reproductivos. El pasado mes de septiembre, México despenalizó el aborto a nivel federal. Esto fue el resultado de protestas callejeras masivas que presionaron al gobierno y crearon una conciencia generalizada.

“Las movilizaciones masivas en América Latina también demuestran la naturaleza de clase del movimiento, en el que las reivindicaciones feministas han unificado a los trabajadores de todos los sectores de la sociedad” (“México despenaliza el aborto”, La Voz de los Trabajadores, 29 de octubre de 2023). En Argentina, la legalización parcial del aborto durante el primer trimestre del embarazo también se consiguió mediante enormes movilizaciones. En ambos casos, los activistas entienden que esto es sólo el principio: la lucha no terminará hasta que toda la clase trabajadora esté libre de todas las fuerzas opresivas.

Necesitamos construir un movimiento en Estados Unidos que no sólo dé prioridad a los derechos de las mujeres, sino también a los derechos de las personas homosexuales, no-binarias y trans. Necesitamos un movimiento que no esté dirigido por organizaciones liberales sin ánimo de lucro, sino que dé prioridad a las necesidades de toda la clase trabajadora. Abortos legales, seguros y gratuitos ¡ya!

Foto: Manifestantes ante la vista del Tribunal Supremo sobre la mifepristona, 26 de marzo de 2024 (Valerie Plesch / Getty Images).

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